Esta peregrinación es un camino de fe y amor hacia Dios y hacia María, nuestra Madre. Es una oportunidad única para vivir un momento de gracia, oración y encuentro. Como Iglesia en marcha, creemos que el mejor regalo para María es asemejarnos cada vez más a su Hijo Jesús: conocerlo, amarlo y seguir sus pasos.
Antes de partir, te invitamos a vivir el Sacramento de la Reconciliación, para iniciar esta peregrinación con el alma en paz y abierta a la gracia.